No soy mucho de madrugar, debo admitirlo. Para mí, como para muchos, dormir hasta tarde es una de esas pequeñas delicias de la vida. Pero, ¿Qué ocurre cuando surge la oportunidad de algo extraordinario? ¡Simple! Dejas la cama y te lanzas a la aventura. Esa fue mi mentalidad cuando decidí acompañar a mi amiga Keisy Arteaga, una talentosa fotógrafa de…